La vida de la prensa en Argentina tiene que ver directamente con el desarrollo de la Nación. Fue en plena efervescencia independentista, donde la palabra impresa se constituyó como herramienta de cambio social y fue utilizada como una forma de comunicación directa con el pueblo. Sus inicios se registran con la instalación de la prensa en el Virreinato, a principios del siglo XVIII y luego, ya en 1810, con la creación de la Gazeta de Buenos Ayres.
"El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes (…), no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Para logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal con el título de Gazeta de Buenos Ayres". Así fundaba, en su razón de ser, el decreto de creación del primer periódico patrio, impulsado por Mariano Moreno y fundado por orden de la Primera Junta, cinco días antes de su aparición: el 7 de junio de 1810.
La Revolución de Mayo había comenzado. El primer gobierno patrio estaba constituido. Pero la confusión del momento, el ida y vuelta de rumores, las conspiraciones realistas, advirtieron de inmediato al grupo patriota de la necesidad de contar con un órgano oficial de prensa, algunas hojas al menos que dieran a conocer a la población las motivaciones, intenciones y objetivos de los cambios que se iban sucediendo.
A instancias del secretario de la Junta, Mariano Moreno, comenzó a publicarse La Gazeta de Buenos Ayres. En su redacción participaron también Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Manuel Alberti, Pedro Agrelo y Bernardo de Monteagudo, entre otros.
“¿Por qué se han ocultado a las Provincias sus medidas relativas a consolidar su unión, bajo el nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?”. Los interrogantes corresponden a la nota que bajo el título “Orden de la Junta” abre el número 1 de la Gazeta de Buenos Ayres, que se convirtió en el primer órgano de prensa de la Patria en ciernes.
Poco más de 200 ejemplares fue la tirada de la publicación, pero cada lector volvía a leerla en voz alta ante un grupo de vecinos y así se multiplicaban aquellas hojas de doctrina democrática.
En su primer número, la Gazeta de Buenos Ayres anuncia su extensión de un pliego y medio y que se venderá por suscripción: a un peso por mes en Buenos Aires; a diez reales “en los pueblos comprendidos por la Administración principal de Correos”; y a doce reales en Chile y Perú.
Se consignaba el lugar donde se imprimía, la Real Imprenta de Niños Expósitos, que estaba ubicada junto a la Iglesia de San Ignacio (hoy Alsina y Bolívar). Allí mismo Mariano Moreno publicó la traducción del Contrato Social de Rousseau y "La representación de los hacendados".
“Cuando se estableció la Junta, se echaba de menos el medio sencillo de esparcir las ideas, y hacer a los hombres comunicativos, que en todas partes se ejecuta por esta clase de escritos. Esta falta no pudo escapar a la penetración del doctor Moreno, y su anhelo del bien público lo determinó a la fundación de una gaceta enteramente nueva, y que jamás se habría visto en las colonias en otras circunstancias”, relata Manuel Moreno, hermano del Secretario de la Junta, en ‘Vida y Memorias de Mariano Moreno’.
Preguntar, interpelar, convocar a la acción. Un gesto de periodismo moderno y revolucionario en la América hispánica sometida a la censura y al absolutismo de la Corona Española. Y en la tapa de aquel primer número, apenas después de la fecha, una frase del historiador romano Cornelio Tácito para que no quedaran dudas: “…con la rara felicidad de los tiempos en los que pensar lo que quieras y decir lo que piensas está permitido”.
La libertad de expresión y la democratización del debate sobre las políticas de gobierno aparecen como los ejes de la nota editorial, firmada por Mariano Moreno como Secretario de la Primera Junta. Sobre el final se informa además que Manuel Alberti hará las veces de director del flamante periódico, recibiendo los escritos a publicar. Todo como “demostración sincera de aprecio” del gobierno hacia “el pueblo” por la confianza depositada en ella para “asegurar la felicidad de estas Provincias”.
“La Gazeta de Buenos Ayres -agrega Manuel Moreno- salía periódicamente dos veces en cada semana, fuera de las ocasiones que exigían una publicación extraordinaria, las cuales ocurrían frecuentemente” y buscaba “excitar el ánimo del pueblo a examinar sus intereses y sus derechos; establecer los principios sólidos de su felicidad, y combatir a los agentes de la tiranía”.
La revolución no se detenía. Tampoco la lucha por la democratización, la equidad social y la libertad de expresión. Y ahí estaba aquella edición fundacional de la Gazeta de Buenos Ayres para demostrarlo, que se mantendría viva durante once años. El 12 de septiembre de 1821, Bernardino Rivadavia la sustituyó por el Registro Oficial.
Pasó el tiempo y recién en 1938, luego de celebrarse el Primer Congreso Nacional de Periodistas, se estableció la fecha del 7 de junio como el Día del Periodista, en referencia al nacimiento de La Gazeta de Buenos Ayres, de 1810, órgano fundamental y revolucionario de la Primera Junta de Gobierno.
En el catálogo en línea del Banco Central podés consultar todos los ejemplares haciendo click en el siguiente enlace: Catálogo
En la actualidad se celebra el día del periodista argentino, con el objetivo de valorar la función del
periodista como comunicador social y fomentar una actitud de juicio crítico frente a la
información.
https://abc.gob.ar/consejo_general/7-de-junio-d%C3%ADa-del-periodista
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